Autora: Adriana Flores Hinojos / Testimonio



Hasta cuándo, hasta dónde
El dolor de las madres de Ciudad Juárez por la desaparición y asesinato de sus hijas estruja el alma, carcome los huesos, hace hervir la sangre, nubla la mirada, hincha las venas, revela en el propio cuerpo la impotencia, el hartazgo de ser nosotras y las nuestras las ultrajadas, allá, aquí, ahora y siempre.
Ese dolor revienta las entrañas, mata el porvenir, mina la fe. ¿Qué decirle a nuestras hijas? ¿A qué dios encomendarlas? ¿Cómo enseñarlas a caminar solas? ¿Para qué? ¿Por qué?
Hay que decirles la verdad, ¿y después?
Después está el miedo, el nulo interés de las autoridades por esclarecer lo que a todas luces está claro: la impunidad de los grupos criminales en contubernio con altas esferas del poder, el machismo exacerbado, la cosificación de la mujer y el desdén hacia nosotras, hacia lo femenino, que desde la lógica masculina, está para servirles.
Hasta cuándo, hasta dónde. ¿Por qué vivir en el horror, presas del espanto, sin poder caminar tranquilas para mirar la luna a media noche? ¿Por qué dejar de perseguir los sueños? ¿Por qué robarles a ellas su futuro?
Y las cifras de mujeres asesinadas crece a diario en Ciudad Juárez. Y ¿dónde están los hombres, padres de estas hijas?
Allá en la frontera y desde muchas otras partes de México, las voces de la madres no cesan de gritar los nombres de sus hijas: Aurora, Cristina, Ana, Marcela, Rita, Norma, Lucía, Beatriz, Conchita, Soledad, Carmen, María, una enorme lista de niñas que salieron y nunca volvieron. Hasta cuándo, hasta dónde.
Después de más de 15 años parece que se sabe poco, pero en realidad se sabe mucho. La lista crece, miles de mujeres llevamos en el interior una herida enorme, algunas nacieron cuando comenzó esta historia, hoy son mayores de edad y los feminicidios no cesan.
Hoy nuestras hijas están en peligro y nuestros hijos también. Allá mismo, en el norte del país, donde ya no hay ley (igual que en muchos otros estados), puede aniquilarse por completo nuestro futuro, nuestro bien más preciado: los jóvenes.
Si no alzamos la voz como tantas mujeres lo han hecho, si no gritamos hombres y mujeres nuestro dolor desde Ciudad Juárez hasta Chiapas y exigimos justicia, después serán nuestros niños.



Adriana Flores

Escritora y editora. Licenciada en Pedagogía por la UNAM y diplomada en Creación literaria por la Escuela de Escritores de la SOGEM. Ha trabajado en el INEA, en el área de Educación Comunitaria, en SEDESOL en el Programa Nacional con Jornaleros Agrícolas y en los Comités Interinstitucionales para la Evaluación de la Educación Superior (ANUIES), en el área de Ciencias Sociales.