Autora: Mirabai Starr / Poema


Luz rota
El autobús se detiene en Ciudad Juárez
justo cuando el sol toca los techos de las maquilas
y se derrama en las sucias ventanas de la fábrica
a donde mi bebé huyó para trabajar para los pendejos.
Luz del sol como sangre.
Como su sangre
que no puedo dejar de ver siempre que cierro mis ojos.
Fluye de sus labios,
de sus muñecas,
de entre sus piernas abiertas a la fuerza.
La sangre fluye en el silencioso desierto,
no nutre nada.
Así que trato de no cerrar mis ojos.
Pero distraídos accidentalmente se cerraron anoche en el autobús
en alguna parte entre mi pueblo y San Luis Potosí
y esta tierra fronteriza de niñas fantasmas que gritan,
este infierno que deshace y mastica y se traga a nuestras hijas,
que se tragó a mi niña,
mi Lucía,
luz del corazón roto de su padre.
Luz rota.
Cuerpo roto como una piñata.
Como una botella de vidrio.
Como la yema de un huevo.
No puedo hacer esto.
No puedo hacer esto carajo.
No es posible que alguien pueda esperar que una madre
identifique el cuerpo de su hija. 
Ayer recibí el mensaje
mientras arrancaba las espinas de una canasta de nopales.
El nopal es bueno para la diabetes,
que creo tener.
Como si eso importara ahora.
Devolví la llamada
desde la oficina de teléfonos junto al parque.
Me previnieron:
mutilación;
descomposición parcial;
angustia esculpida en su rostro muerto.
Practiqué el imaginarme estas cosas.
Mientras su padre se desliza en un coma de cerveza 
yo me subo al autobús y me imagino su desmoronamiento. 
Su larga cabellera arrancada y cortada.
Un pezón arrancado de una mordida.
Quemaduras de cigarro en su cuello y párpados.
Un hombre gruñendo como puerco.
Dos más riéndose.
Quizás, uno más, que se aleja 
y vomita en la noche de Sonora.
No hay nadie que me reciba
cuando desciendo del autobús.
Mis rodillas se doblan y me tropiezo.
Rápidamente, recupero mi equilibrio,
restablezco mi dignidad,
suavizo mis largas trenzas
que de pronto han sido disparadas con plata 
en las semanas desde que Lucía desapareció.
Acomodo mi maletín sobre un seno
y por centésima vez desdoblo
la hoja de papel cuadriculado
con las instrucciones para llegar a la morgue.
Comienzo a caminar.
Duérmete mi niña.
Duérmete mi sol.
Duérmete pedazo
de mi corazón.

Mirabai Starr
Versión al español: Pilar Rodríguez Aranda



ORIGINAL EN INGLÉS:

Broken Light
The bus pulls into Ciudad Juarez
just as the sun touches the tops of the maquilas
and spills into the filthy factory windows
where my baby ran away to work for the pendejos
Sunlight like blood.
Like her blood
which I can't stop seeing whenever I close my eyes.
Flowing from her lips,
her wrists,
from between her torn apart legs.
Blood flowing into the silent desert,
nourishing nothing.
So I try not to close my eyes.
But they accidentally drifted shut on the bus last night
somewhere between mi pueblo in San Luis Potosi
and this borderland of screaming ghost girls,
this infierno that tears and chews and gulps our daughters,
that swallowed my girl,
mi Lucia,
light of her father's broken heart.
Broken light.
Body broken like a pinata.
Like a glass bottle.
Like the yolk of an egg.
I can’t do this.
I cannot fucking do this.
No one could possibly expect a mother
to identify the body of her child.
I got the message yesterday
as I was plucking the needles from a basket of nopal.
Nopal is good for the diabetes,
which I think I have.
As if it mattered now.
I returned their call
from the telephone office next to the parque.
They warned me:
mutilation;
partial decomposition;
anguish carved into her dead face.
I practice picturing these things.
While her father slips into a cerveza coma
I board the bus and imagine her unraveling.
Her long hair yanked and severed.
A nipple bitten off.
Cigarette burns on her neck and eyelids.
A man grunting like a cochino.
Two others laughing.
One more turns away, maybe,
and pukes in the Sonoran night.
There is no one to meet me
when I climb down from the bus.
My knees buckle and I stumble.
Swiftly, I regain my balance,
restore my dignity,
smooth my long braids
which have been suddenly shot with silver
in the weeks since Lucia disappeared.
I shift my satchel across one breast
and unfold for the hundredth time
the sheet of graph paper
with directions to the city morgue.
I begin walking.
Duermete mi nina.
Duermete mi sol.
Duermete pedazo
de mi corazon.

Mirabai Starr
www.mirabaistarr.com


BIO
Mirabai Starr writes fiction, creative  non-fiction and contemporary translations of sacred literature.  She teaches  Philosophy and World Religions at the University of New Mexico-Taos and teaches and speaks widely on contemplative  practice  and inter-spiritual dialog.  Mirabai has received  critical acclaim  for her revolutionary new translations of Dark Night of the Soul by sixteenth century Spanish mystic, St. John of the Cross, and The Interior Castle and The Book of My Life, by St. Teresa of Avila.  She is the editor and writer of the 6-volume Sounds True series, “Devotions, Prayers & Living Wisdom,” and contributing author to Living Fully, Dying Well: Reflecting on Death to Find Your Life’s Meaning. Her poetry collection,  Mother of God Similar to Fire, is a collaboration with iconographer, William Hart McNichols.  Mirabai’s newest book, GOD OF LOVE: A Guide to the Heart of Judaism, Christianity and Islam, positions her at the vanguard of the emerging “Interspiritual Movement.”