Autora: Vibiana Aparicio-Chamberlin / Poemas


Mujeres de Juárez



Miles de ellas.
Incontable rostros bajo las arenas del desierto.
Todas ellas hijas,
de la desollada Diosa del Maíz, Xipe Totec.
Partes de cuerpos de niña retoñan
en un exótico jardín.
Un dedo del pie aquí, un dedo de la mano allá.
Ojos café separados,
Huesos de la mejilla rotos,
labios grises partidos.
Lenguas, tiesas por 
los gritos desesperados, congelados en el tiempo.   
Mudas para contar sus historias de
secuestros, violaciones,
asesinatos.
Rostros indígenas sin nombre,
en autobús a la fronteriza
ciudad de Juárez,
desde las tierras del sur de México.
Miles de millas alejadas de su hogar
Mujeres que se convierten en mano de obra barata
y esclavas sexuales.
Alguna vez amadas en verdes junglas donde
las mujeres y sus hijas trabajan y son dueñas de su tierra.
Estas mayordomas son seducidas.
Sus tierras confiscadas por los barones de la tierra
que ven los cuerpos de las mujeres como ganancia.
Trabajadoras sin nombre en la línea de ensamblaje.
Vírgenes de la frontera
vestidas con el delantal azul de la fábrica, 
forraje de las maquiladoras.
TLC Mercado Libre.
Juego libre para senadores y jefes de la policía,
jefes del narco y corporativos internacionales. 
Sin tierra y solas, las mujeres son intercambiadas,
consumidas como bocadillos en fiestas de coctel.
Estrangulamientos con agujetas.
Cuellos, partidos como ejotes.
Alientos chupados por
vampiros de traje negro y
botas de vaquero.
“¡Un milagro! A miracle!
La virgen de Juárez se levanta entre los muertos”.
Los periódicos de Juárez y El Paso
anuncian. “Con las manos ensangrentadas,
sale arrastrándose de su propia tumba”.
Otro periódico sensacionalista parece gritar:
“Se escucha la voz sobrenatural de joven mujer 
en el basurero de los mil rostros.
Los vientos secos de Juárez, la voz llanto 
del espíritu”. 
Una balada fronteriza cuenta la historia.
“Por qué me hacen llorar,
si nunca hice nado malo?
“Mis huesos lejos de mi hogar.
Mi espíritu maldecido para embrujar.
Nunca seré recordada en
este desierto abandonado de Dios 
Debajo de ti, luna, estoy sepultada.
Y aún así, vas y vienes
como te da la gana.
Cada noche en tus rondas”.
Vibiana Aparicio-Chamberlin
Versión al español: Pilar Rodríguez Aranda



ORIGINAL EN INGLÉS:

Mujeres de Juárez

Thousands of them.
Countless faces below desert sands.
Children all of them,
of the flayed Corn God, Xipe Totec.
Girl’s body parts sprouting
out of an exotic garden.
A toe here, a finger there.
Wide set brown eyes,
Broken cheek bones,
Gray cracked lips.
Tongues, stiff from
desperate screams, frozen in time.
Mute to tell their stories of
abductions, rapes, 
murders.
Nameless Indian faces,
bussed into the border
town of Juarez, 
from the southern lands of Mexico.
Thousands of miles away from home
Women become cheap labor
and sex slaves.
Once loved in verdant jungles where
women and daughters work and own land.
These mayordomas are then lured away.
Their tierras confiscated by land barons
who see women’s bodies as profit.
Nameless assembly line workers.
Virgins of the border
dressed in blue factory smocks,
fodder of the maquiladoras.
NAFTA Free Trade.
Fair game for senators, police chiefs,
narco bosses and international corporates.
Landless and alone, women traded,
consumed like bocadillos at cocktail parties.
Shoe lace strangulations.
Necks, snapped like string beans.
Breaths sucked out by
black suited vampiros in
cowboy boots.
“Un Milagro. A Miracle!
The Virgen from Juarez Rises From The Dead.”
Newspapers from Juarez, and El Paso
announce. “With bloody hands,
she crawls out of her own grave.”
Another sensational periodico screams out.
“Young Woman’s Unearthly Voice Heard
at the Dump of The Thousand Faces.
Dry winds of Juarez, the spirit’s  weeping voice.”
A border ballad tells the story.
“Porque me hacen llorar,
si nunca hice nado malo?
Why do they make me cry?
I’ve done no wrong.”
“My bones far away from my home.
My spirit cursed to haunt. 
Never to be remembered in
this God forsaken desert 
Under you, moon, I’m buried.
Yet, you come and go
as you please.
Cada noche en tus rondas.”






Vibiana Aparicio-Chamberlin is a painter, printmaker, mural artist and an altarista. In addition, she uses art and storytelling to teach at-risk youngsters how to read and write. Vibiana has won art commissions from MALDF and printmaking awards from Women Painters West, The Cal Poly Kellogg Foundation, The Pasadena Society of Artists and the Los Angeles Printmaking Society.